martes, 16 de enero de 2018

FERDINAND, de Carlos Saldanha.

Si en COCO las tradiciones mexicanas estaban bien representadas en FERDINAND, nos encontramos con una representación de las españolas, en especial todo lo referente al toreo.

Ferdinand es un toro manso, que prefiere oler las flores a embestirse y darse de cabezadas con los otros novillos. Asustado por este juego se escapa del cortijo y va a parar a la finca de una niña y su padre. Pasa la infancia interactuando con los humanos y asistiendo a la fiesta de las flores hasta que llega a adulto. Como no comprende la explicación de cual es la vida de un toro normal proporcionada por Paco, el perro de la finca, Ferdinand decide escaparse y disfrutar de la fruta prohíbida.

Tras un incidente con una abeja tras el que destroza medio pueblo, es capturado por los empleados de un ganadero y llevado a una finca de toros de lidia. Allí se enfrentará a una tesitura: o es bravo y se enfrenta al hombre- cosa diícil porque ningún astado ha ganado a un torero- o es carne de matadero. En este juego donde, en apariencia, no puede ganar tendrá que enfrentarse en la Plaza de Toros de Madrid al Maestro, un torero que quiere cortarse la coleta tras lidiar el toro más bravo del mundo.

La película está basado en un corto de Disney de 8 minutos donde Ferdinand ridiculizaba a un torero junto con su siniestra cuadrilla a base de no embestir. Como con eso no se pueden llenar los 105 minutos de metraje, se ha introducido una cabra cargantona, unos erizos traviesos y las relaciones con los otros toros del toril.

FERDINAND fue prohíbida en España en 1940, porque el paradigma de lo que se esperaba de un español en esa época estaba reflejado en la simbología del torero. Luchar era la única opción en un mundo donde nadie era neutral, aunque se declarase lo contrario. Y el Ferdinand de la cinta actual lucha, pero a su manera y con sus reglas.

Los alemanes prohibieron FERDINAND en 1938 porque era pacifista y en un mundo de guerreros arios, no luchar no constituía una forma de lucha. La sociedad estaba envenenada por los panfletos de los futuristas, donde la bofetada era la acción suprema y el pacifismo la anti-acción. Así que la forma de luchar de Ferdinand para ese mundo era no embestir.

Para ver:

https://www.youtube.com/watch?v=9XcmEC8o98U

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