domingo, 8 de octubre de 2017

UNA VERDAD MUY INCÓMODA (2017)

La verdad es que el mundo lleva siendo ecologista relativamente poco tiempo. Yo, de pequeño (hasta los 8 años), lo que veía era películas de safaris donde los cazadores blancos mataban elefantes, leones, o lo que se les pusiese a tiro. Y quería cazar animales. Nadie me había dicho que esa África ya no existía. 
A los 8 años me dijeron que se estaban extinguiendo las ballenas. Mi profesora de 3º de EGB, Elena Solana, nos traía numerosos libros de animales, y sentí crecer en él el deseo de protegerlos.

Al Gore es un antiguo candidato demócrata a la presidencia de los Estados Unidos. Perdió contra George W. Bush por una cuestión técnica de recuento de votos en Florida en 2000. Actualmente es senador de su estado natal, Tennesee.
Es un luchador contra el cambio climático, porque ahora lo que hay en juego no son las ballenas - protegidas por una Moratoria de 1986, espero - sino nuestro futuro económico y el de nuestra civilización. Durante el documental Gore habla con Alfred Romualdez, el ex alcalde de una ciudad  de Filipinas, devastada por el tifón Haiyán, se pasea por los hielos de Groenlandia para mostrarnos que lo de la subida del nivel del mar en 7 metros para 2.100 no va de broma, etc... Pero también da pie a que muestre lo que un alcalde republicano está haciendo en California para dar mayor protagonismo a las energías renovables.
Todo va lento, pese a que una vertiginosa mañana en Internet nos quiera convencer de lo contrario. El tren de la Historia marcha con una lentitud desesperante. El cambio climático no aparece en los medios de comunicación como un señor con traje que nos amenaza y se ríe de nosotros, como los políticos, contra los que sí protestamos. No dice un martes: "Haré esto el jueves", sino que simplemente actúa con las variables de las que dispone.
Como no es un señor que actúe en una escala humana de días o de semanas, aunque sea más o menos previsible lo que hará, no nos sentimos amenazados. Y como no sentimos que nuestro estilo de vida o la estabilidad de nuestros gobiernos vaya a cambiar de un día para otro, no hacemos nada. Ayuda mucho a que nuestra idea de la prosperidad sea acumulativa, y a que seamos capitalistas, es decir, que produzcamos mucho más de lo que vamos a consumir para que el sistema funcione.
El propio Al Gore es una contradicción. La gente le recordará como un luchador por el medio ambiente, al estilo de Gaylord Nelson - el fundador del Día de la Tierra en 1970- o Rachel Carson - que acabó con las fumigaciones de DDT en los cultivos en 1972. Pero para hacer esto tiene que volar en jets privados, con lo que supone para su propia huella de carbono, y su propia casa consume electricidad como Homer Simpson cerveza Duff.

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